Hay muchos accesorios o complementos de la cámara que no solemos tener en cuenta y le restamos importancia, pero que están ahí y cumplen una función que, estan obvia que la pasamos por alto, pero que sin embargo si falta, notamos cierta molestia o incomodidad. En este caso voy hacer mención a la correa de la cámara, es algo que está ahí, que nos viene con la cámara cuando la compramos y ya está, nos olvidamos de ella, pero sin embargo, la echamos en falta si no viene en la caja, paradójico ¿no?. Es un utensilio que, no es que influya de una manera decisiva en la fotografía, pero sí que la necesitamos como medio de soporte o seguridad, sobre todo cuando estamos en un sitio alto y nos da un "no se qué" asomar la cámara sólo con las manos, tenemos que enroscarnos bien la correa a la muñeca, aunque nos corte la sangre, pero que no se nos caiga.
Otro uso habitual, y que no recomiendo, es cuando no llevamos bolsa y llevamos la cámara con la correa al hombro, a veces cruzada, para intentar evitar que amigos de lo ajeno nos la tomen "prestada" indefinidamente. Pocas veces caemos en la cuenta de que esos bonitos y llamativos logotipos que ponen CANON, NIKON, PENTAX... son un reclamo para estas personas. Muchos fotógrafos prefieren tapar los logotipos para no llamar tanto la atención (además, tampoco pagan a uno por hacer publicidad) y aprovechan para acolchar la correa con goma espuma o algodón, suelen hacerlo mucho aquellos que están con la cámara a cuestas todo el día y, en ello ya han pesado algunas marcas especialistas en fotografía.
Otro uso habitual, y que no recomiendo, es cuando no llevamos bolsa y llevamos la cámara con la correa al hombro, a veces cruzada, para intentar evitar que amigos de lo ajeno nos la tomen "prestada" indefinidamente. Pocas veces caemos en la cuenta de que esos bonitos y llamativos logotipos que ponen CANON, NIKON, PENTAX... son un reclamo para estas personas. Muchos fotógrafos prefieren tapar los logotipos para no llamar tanto la atención (además, tampoco pagan a uno por hacer publicidad) y aprovechan para acolchar la correa con goma espuma o algodón, suelen hacerlo mucho aquellos que están con la cámara a cuestas todo el día y, en ello ya han pesado algunas marcas especialistas en fotografía.
Dichas marcas suelen fabricar correas más prácticas que las propias que trae la cámara, más cómodas, acolchadas, anchas y, como suelen tener su propio logotipo, que sólo suelen conocerlo personas que trabajan al rededor del mundo de la fotografía, resultan ser más discretas y menos llamativas.
Algunas de estas correas tienen un diseño que facilita el desacople de uno de los agarres de la cámara, para facílitar las distintas formas de fotografiar sin quitarse la correa (de pié, de rodillas, de frente, en formato vertical...), otras; un acolchado cómodo pensado para aquellos que pasan con la cámara al hombro durante mucho tiempo, incluso hace poco ha salido un prototipo de correa que, gracias a unas celdas solares, es capaz de recargar la batería de la cámara, un proyecto que, si se desarrolla, seguro que tendrá éxito.
Como vemos, la correa no es que sea un accesorio indispensable, pero sí lo suficientemente útil como para facilitar nuestra labor de fotografía.
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