Realmente no se trataba de un objetivo, sino de un adaptador que se acoplaba a otro objetivo. Su construcción era simple, un espejo convexo al final de un tubo transparente (cristal), el otro extremo se acoplaba a la cámara. El resultado era una imagen en la que aparecía el fotógrafo con su cámara y el resto del paisaje en 360º, excepto el que estaba oculto detrás del espejo y detrás del fotógrafo.
Estaba pensado para acoplarse a un objetivo de 50mm y con capacidad macro, ya que el espejo convexo está a escasos 10cm de la lente, aunque dicha distancia podía modificarse un poco para tener un angular aproximado de 360º o de 180º pero siempre mirando hacia atrás, además precisaba de un diámetro de 58mm para su acople. Se construyeron pocas unidades debido a su poca demanda, ya que realmente solo servía para fotografía artística debido a la gran deformación que producía en la imagen.
Estaba pensado para acoplarse a un objetivo de 50mm y con capacidad macro, ya que el espejo convexo está a escasos 10cm de la lente, aunque dicha distancia podía modificarse un poco para tener un angular aproximado de 360º o de 180º pero siempre mirando hacia atrás, además precisaba de un diámetro de 58mm para su acople. Se construyeron pocas unidades debido a su poca demanda, ya que realmente solo servía para fotografía artística debido a la gran deformación que producía en la imagen.
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