Es una técnica que se usaba antiguamente en la fotografía química con la que se podía hacer fotos macro. Simplemente consiste en darle la vuelta al objetivo, para ello es necesario conseguir un anillo inversor (por un lado que enganche a la cámara y por el otro que sea de rosca para agarrar al objetivo por donde se colocarían los filtros) o buscarse la vida haciendo apaños (en Internet se puede encontrar mucho "bricolaje" para hacer esto)
Eso sí, el inconveniente principal es que al no estar conectados los contactos, todos los automatismos se pierden y en muchas cámaras solo se podrá disparar en manual.
No hay comentarios :
Publicar un comentario