lunes, 1 de octubre de 2018

¿Puede una cámara de acción sustituir a una compacta?

Cámara de acción
Recuerdo que cuando era niño solo habían dos tipos de cámaras, las réflex (para mí cámaras grandes) y cámaras compactas (cámaras pequeñas). Después llegaron las cámaras digitales, la compactas digitales resistentes al agua, las cámaras de acción... por lo que a día de hoy hay casi una innumerable gama de dispositivos fotográficos que se especializan en un sector. El usuario de a pie se hace un lío, puede llegar a plantearse si una cámara de acción o aventura, no es lo mismo que una compacta, porque al fin y al cabo, una cámara de acción no deja de ser una cámara automática, con el añadido de ser más resistente pero, ¿podría sustituir a las tradicionales cámaras compactas? Vamos a verlo hoy.

Desde mi punto de vista, no, aunque siempre depende del usuario.
  • Gran angular: Una cámara de acción tiene un objetivo fijo gran angular (sí puede cambiarse un poco el angular mediante los ajustes internos, pero no es lo mismo). Esto desmerece la fotografía que no sea panorámica o deportiva, sobre todo la fotografía de retrato o de macro.
  • Velocidades de exposición elevadas: Rara es la compacta que tenga una velocidad de obturación baja (8sg o 4sg, por ejemplo). Lo normal es que estén todas dentro del rango de las fracciones (1/8, 1/16...). Esto intentan compensarlo con sensibilidades altas, pero el problema es que con dichas sensibilidades aparece el ruido y algunas fotografías con poca luz, lo que realmente requieren es un tiempo de obturación de segundos.
  • Falta de flash: El flash en una cámara compacta es obligatorio. Se supone que una compacta está pensada para facilitar la fotografía al usuario, creando situaciones de luz cuando se necesite y si falta el flash, esto dificulta la toma en este tipo de escenarios.
  • Balance de blancos: El balance de blancos es muy limitado, está previsto para las 3 o 4 situaciones generales que se puedan plantear (sol, nublado, sombra y poco más). No es que esto sea extremadamente imprescindible, pero ya que no disponemos de más controles, esto se queda muy corto.
  • Falta de programas: Al carecer de controles manuales, las compactas tienen una serie de programas que ajustan los parámetros de la cámara a las distintas situaciones (deportes, paisajes, retrato...). Una cámara de aventura suele carecer de estos programas y se limita al modo automático total.
  • Poco control sobre las fotografías en general: Aunque una cámara compacta nos limita el control de las fotografías, permitiéndonos ajustes solo en los programas de que dispone, cambiar el balance de blancos, ajustar la sensibilidad e incluso algunas nos permiten un modo de prioridad de apertura u obturador, las cámaras de acción no suelen darnos estos ajustes.
Por otro lado, estas cámaras tienen otras virtudes, como que suelen ser más resistentes al polvo y al agua, más pequeñas y compactas, menor peso, más opciones para la toma de vídeo... y es que, este último punto es el objetivo de este tipo de cámaras, el vídeo.

Las cámaras de acción, se pensaron para grabar vídeos de una forma más cómoda y segura, aprovechando los capacidades de los sensores digitales. Antes, este tipo de vídeos se hacían por profesionales del mundo de la imagen que supieran, esquiar, hacer submarinismo... hoy, prácticamente solo se necesita saber sobre ese deporte y apretar el botón de disparo.

Mi consejo a día de hoy, es que si tienes un buen móvil, quédate con la cámara del teléfono y adquiere una cámara de acción o aventura por separado, que actualmente son muy asequibles. El teléfono te permitirá hacer lo mismo que una cámara compacta y la cámara de acción la tendrás para esas ocasiones especiales en las que no te sirva el móvil.

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